martes, 20 de octubre de 2009

18. Paseo por el río

Era ya de noche y a Uztai le precedia el vaho de su aliento cuando se encontró con June en la fuente de Iturrotz. Hacía un frío del demonio y la fuente estaba helada.
- Vienes solo? -le pregunto June con una sonrisa.
- Emmm... al final Lope tenía cosas que hacer- balbuceó Uztai.

La realidad es que a última hora y de improviso se presentó la cocinera de Zeia en casa de Uztai con una olla de cardo con almendras y tomillo que había "sobrado" del Monasterio. El aroma del manjar había sido obstáculo más que sobrado para que Lope considerara imposible meterse en el agua del río en noviembre, incluso con la compañía de June. Una mirada de la cocinera también influyó lo suyo.

-No hay problema, vamos entonces los dos solos - dijo June mientras emprendía el camino del río. A Uztai le pareció que la joven no se extrañaba en absoluto de la ausencia de Lope. A él tampoco le importaba. Nada.

Del agua del río se elevaba una nieblilla fantasmagórica que se deslizaba entre la vegetación helada. La luz blanca de la luna iluminaba el camino de carretas que discurría a la par del cauce. June le cogió de la mano y el frío de la noche disminuyó un poco para Uztai. Avanzaron dejando atrás las uberkas. En un momento dado, la mujer se detuvo. Le miró a la cara y le pasó la mano por la mejilla mientras le susurraba algo ininteligible al oído. Luego June se remangó la falda y se dirigió hacia el agua, alejándose unos metros. El hombre no daba crédito a lo que veía. Aquella mujer efectivamente se iba a introducir en el agua helada del río en el mismísimo Noviembre.

La siguió apresuradamente con la sangre en plena ebullición por los roces, los susurros y el paseo de la mano. Cuando ya iba a introducir el pie en el agua, para su sorpresa se encontró con unos tablones cuidadosamente dispuestos sobre algunas losas, a modo de precario puentecillo. June ya desaparecía en la orilla opuesta.. ¿tan cercana? ¡estaban en la isla! Mientras Uztai se internaba en la maleza tras June, su cabeza pensaba en que desde luego la isla no era un lugar muy visitado, incluso había árboles muertos que nadie aprovechaba pero también un buen sitio para acechar a las nutrias y para pescar anguilas fuera de las uberkas y ..

De repente se encontró dentro de un claro iluminado por antorchas y rodeado por una decena de figuras en penumbra.

5 comentarios:

Casa Musurbil dijo...

¡Vaya hombre!. ¡Con lo que bien que iba el asuntillo...!

Aunque, igual se acaba montando 8)

Yo me pongo ahora mismo. Mecachis...

Frentancha dijo...

Los romanticos ya se sabe... al otro blog!

PD: ¿que me pongo como? mecag....

Casa Musurbil dijo...

No... que me pongo a escribir el artículo en mi blog. Que ya toca...

Unknown dijo...

jajaja! si al final mola el espiritu romantico...! de la mano? caricias en la mejilla?
uy uy uy...

eh! y nieblilla queda muy de sanjuantxi... jajaja!

David dijo...

Anda que en la Rotxa no hay nieblilla, no te jode. ¿que hay? Lainoa?