lunes, 23 de marzo de 2009

14. Resplandor en Txurio

Toñus sudaba dándole a la zarrakamalda en Txurio.

Uztai le había alejado del pueblo y le había encargado conseguir un buen montón de ollagas para la matanza de un par de txerris. Aunque Toñus se daba perfecta cuenta de que preferían tenerlo alejado de una reunión, aceptó de buen grado un poco de ejercicio físico a cambio de ayudar a su amigo. Y además quería ver de cerca esa historia del cerdo.

El montón de ollagas era ya considerable y Toñus se preguntó si sería suficiente. Se sentó un momento en una piedra observando como el sol se ocultaba un día más tras la mole de Sarbil.
Aunque hacía frío, la actividad le había coloreado los mofletes y el sudor le corría por la frente. Gozando del cansancio y de los últimos rayos de sol de la tarde, sacó un poco de cecina de su hatillo y la masticó perezosamente mientras gozaba de la vista sobre la sierra, el castillo, el pueblo ya en sombra desde hace rato, el río y.. esa gente?

Rápidamente se dio cuenta de que algo iba mal. Una tropilla se acercaba a las casas situadas en la parte baja del pueblo. Toñus tenía experiencia en asuntos de soldados y éstos eran claramente mercenarios, cuando no directamente bandidos. El hecho de que avanzaran en silencio y con las armas dispuestas lo corroboró en su impresión.
No se oía ruido alguno ni se veía a nadie en las calles del pueblo en aquella fría tarde de noviembre.
Quería llamar la atención de sus amigos de alguna forma, pero.. ¿cómo?

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Por su parte, Uztai miraba al fuego del hogar, pensativo.

- Lope, sigo sin verlo claro. Que vamos a hacer con los abates y frailes , ¿prisioneros?

- Una por una, lo importante es capturarlos y hacernos con el gaztelu. Luego podremos negociar. En ausencia del Rey, tendremos tiempo para preparanos para el futuro. No sería la primera vez que un golpe de mano como éste da origen a un nuevo señorío.

- No sé, no sé... Uztai se levantó y comenzó a pasear por la estancia.
- Un nuevo señorío... otro collar.. otro yugo..
- Cualquier cosa es mejor que sufrir a los frailes y al loco de su abad Ecayus, que nos quiere utilizar como esclavos para construir su monasterio.

- En eso tienes razón, Lope, pero.. -Uztai se acercó a la ventana y se asomó un poco para respirar el fresco aire de la tarde- ¿Que coño es eso?

Una gran hoguera se levantaba en la ladera de Txurio y a su lado un hombre saltaba y agitaba los brazos como un poseso.

2 comentarios:

Casa Musurbil dijo...

¡Bien, Toñus!. ¡Te has cargado todas las ollagas!. Vale que avises a los colegas, pero ¿no podías haber pensado otra cosa?. ¡Nos has jodío el mataxerri! :-)

Pero...

¿Habrá conseguido nuestro fiel Toñus avisar a tiempo a sus amigos?.

¿Empezarán éstos a zapatear desesperadamente camino Mortxe incordiando al amigo Martxel?

Y lo más importante, ¿nos quitarán los mercenarios los cuticos?. Malditos...

Unknown dijo...

ole! ese toñus y su zarrakamalda!

Y uztai, controlame al Iñigo, que casi me desgracia al enecco!