jueves, 16 de octubre de 2008

2.Prefacio

Corre el año 1067.
Reina en Navarra el rey Sancho IV, que será el último representante del linaje de los Jimeno. Hoy guerrea con sus primos en la guerra de los Sanchos. Mientras los reyes disputan sus asuntos de familia, las gentes soportan impuestos y reclutamientos.
En el valle de Garaño el muy antiguo monasterio de Zeia zaharra se ubica en un pequeño barranco abrigado de los vientos y cobijado por grandes robles. Como es habitual, ha ocupado un enclave de importancia pagana (Zeia zarra= la vieja cueva), asimilando los lugares importantes para las creencias precristianas(fuentes, cuevas, cimas, arroyos). Se trata de un pequeño monasterio dominico donado por Sancho el Mayor a Leyre, que se encuentra en plena expansión gobernado por su abad Belasio. Desde Leyre ha llegado un joven fraile para poner en orden las cuentas (y las licenciosas costumbres) de Zeia zaharra.
Por su parte, los aldeanos rozan constantemente con Zeia y otros monasterios, que ocupan las mejores tierras y gozan de numerosos privilegios. El malestar es diario y no se trata tan solo de tensiones económicas. Las viejas religiones cuentan aún con muchos adeptos y la mayor parte de la población sólo está medio cristianizada.
En las reuniones secretas hay una enorme preocupación. La Iglesia comienza a abrir procesos Inquisitoriales por toda Europa y, sobre todo, hace algún tiempo que los jóvenes árboles no hablan.

2 comentarios:

Unknown dijo...

no te podías aguantar! la tenías pensada! claro, después de tanta meditación por el bosque de roncal...

Casa Musurbil dijo...

Así que licenciosas costumbres, mmmh...
Supongo que en Zeia viviría gente seglar, ¿no?; no me gustaría que mi personaje fuera un fraile. Lo que sí me gusta es que tenga costumbres licenciosas, eso sí. ;-)